La hidratación es esencial para nuestro rendimiento deportivo y bienestar. Nuestro cuerpo está compuesto en su mayoría por agua, y necesitamos mantener un equilibrio adecuado de líquidos para funcionar correctamente. Durante el ejercicio físico, se produce una pérdida de líquidos a través de la sudoración y la respiración, lo que puede afectar negativamente al rendimiento y a la salud del deportista si esos líquidos no se reponen adecuadamente.
¿Qué puede pasar si no nos hidratamos correctamente?
La deshidratación puede tener consecuencias graves, como la disminución del rendimiento físico, la fatiga, el aumento del riesgo de lesiones musculares y articulares, la disminución de la concentración y el aumento de la temperatura corporal, lo que puede llevar a un golpe de calor en casos extremos.
¿Qué factores debemos tener en cuenta para saber cómo hidratarnos?
La cantidad de líquidos que se debe ingerir depende de diversos factores:
- La intensidad y duración del ejercicio
- La temperatura y la humedad ambientales
- El tipo de deporte y las características individuales del deportista, como el peso y la altura.
En general se recomienda que los deportistas beban entre 500 ml y 1 litro de líquidos por hora de ejercicio, y que sigan bebiendo regularmente incluso después de haber finalizado la práctica deportiva para reponer los líquidos perdidos.
Es importante tener en cuenta que no todos los líquidos son iguales, y que algunos pueden ser más efectivos que otros para reponer los líquidos y los electrolitos perdidos durante el ejercicio. En general, se recomienda beber agua, ya que es la mejor opción para hidratarse y no contiene calorías ni azúcares añadidos. Sin embargo, en deportes de larga duración o alta intensidad, como el ciclismo o el running, puede ser necesario reponer los electrolitos perdidos a través del sudor, como el sodio y el potasio, mediante bebidas deportivas específicas.
No olvides hidratar tu piel
Puede que no hayamos pensado en ello, pero es muy recomendable hidratar la piel después de practicar deporte. Durante la actividad física, el cuerpo suda para regular la temperatura corporal, lo que puede provocar sequedad en la piel. Además, dependiendo del deporte que se practique, la piel puede estar expuesta a otros elementos como el sol, el viento, la arena, el cloro, entre otros, lo que puede también afectar la hidratación de la piel.
Por lo tanto, es importante hidratar la piel después de practicar deporte para restaurar su humedad natural, ayudar a reparar cualquier daño causado y mantenerla saludable.